Explicación, estudio y comentario bíblico de Romanos 8:16-23 verso por verso
El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.
Y si somos hijos, también somos herederos: herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Porque considero que los padecimientos del tiempo presente no son dignos de comparar con la gloria que pronto nos ha de ser revelada.
Pues la creación aguarda con ardiente anhelo la manifestación de los hijos de Dios.
Porque la creación ha sido sujetada a la vanidad, no por su propia voluntad sino por causa de aquel que la sujetó, en esperanza
de que aun la creación misma será librada de la esclavitud de la corrupción para entrar a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una sufre dolores de parto hasta ahora.
Y no solo la creación sino también nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos aguardando la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.