Explicación, estudio y comentario bíblico de Romanos 9:10-21 verso por verso
Y no solo esto, sino que también cuando Rebeca concibió de un hombre, de Isaac nuestro padre,
y aunque todavía no habían nacido sus hijos ni habían hecho bien o mal — para que el propósito de Dios dependiese de su elección,
no de las obras sino del que llama — , a ella se le dijo: “El mayor servirá al menor”,
como está escrito: A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí.
¿Qué, pues, diremos? ¿Acaso hay injusticia en Dios?. ¡De ninguna manera!
Porque dice a Moisés: Tendré misericordia de quien tenga misericordia, y me compadeceré de quien me compadezca.
Por lo tanto, no depende del que quiere ni del que corre sino de Dios quien tiene misericordia.
Porque la Escritura dice al faraón: Para esto mismo te levanté, para mostrar en ti mi poder y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra.
De manera que de quien quiere, tiene misericordia; pero a quien quiere, endurece.
Luego me dirás: “¿Por qué todavía inculpa? Porque, ¿quién ha resistido a su voluntad?”.
Antes que nada, oh hombre, ¿quién eres tú para que contradigas a Dios? ¿Dirá el vaso formado al que lo formó: “¿Por qué me hiciste así?”.
¿O no tiene autoridad el alfarero sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para uso honroso y otro para uso común?