Explicación, estudio y comentario bíblico de Rut 2:16-23 verso por verso
Más bien, saquen para ella de los manojos y dejen que las recoja, y no la reprendan.
Rut espigó en el campo hasta el atardecer y desgranó lo que había espigado, y he aquí que había como veinte kilos de cebada.
Lo tomó y se fue a la ciudad, y su suegra vio lo que había espigado. También sacó lo que le había sobrado de la comida después de haberse saciado, y se lo dio.
Entonces su suegra le preguntó: — ¿Dónde has espigado hoy? ¿Dónde has trabajado? ¡Bendito sea el que se haya fijado en ti! Ella contó a su suegra con quién había trabajado y dijo: — El hombre con quien he trabajado hoy se llama Boaz.
Y Noemí dijo a su nuera: — ¡Sea él bendito del SEÑOR, pues no ha rehusado su bondad ni a los vivos ni a los que han muerto! — Noemí le dijo después — : Aquel hombre es nuestro familiar. Él es uno de los parientes que nos pueden redimir.
Rut la moabita dijo: — Además de esto, me ha dicho: “Permanece con mis criadas hasta que hayan acabado toda mi siega”.
Noemí respondió a Rut su nuera: — Está bien, hija mía, que salgas con sus criadas, para que no te vayan a molestar en otro campo.
Estuvo, pues, junto con las criadas de Boaz espigando hasta que terminó la siega de la cebada y la siega del trigo. Y ella vivía con su suegra.