Explicación, estudio y comentario bíblico de Rut 3:10-18 verso por verso
Él dijo: — El SEÑOR te bendiga, hija mía. Esta última acción tuya es mejor que la primera, porque no has ido tras los jóvenes, sean pobres o ricos.
Ahora pues, no temas, hija mía. Yo haré por ti todo lo que tú digas, pues todos en mi ciudad saben que tú eres una mujer virtuosa.
Ahora bien, aunque es cierto que yo soy pariente redentor, hay otro pariente redentor más cercano que yo.
Pasa la noche y cuando sea de día, si él te redime, está bien; que te redima. Pero si él no te quiere redimir, ¡vive el SEÑOR, que yo te redimiré! Acuéstate hasta la mañana.
Así durmió a sus pies hasta la mañana, pero se levantó antes que nadie pudiera distinguir a su compañero. Porque él dijo: — Que no se sepa que una mujer ha venido a la era.
— También le dijo — : Dame el manto que está sobre ti y sostenlo. Ella lo sostuvo, y él midió cuarenta kilosde cebada y las puso sobre ella. Entonces ella se fue a la ciudad.
Y cuando vino a su suegra, esta le preguntó: — ¿Qué sucedió, hija mía? Ella le declaró todo lo que el hombre había hecho por ella.
Y añadió: — Me dio estos cuarenta kilos de cebada, diciendo: “Para que no vayas a tu suegra con las manos vacías”.
Entonces Noemí dijo: — Descansa, hija mía, hasta que sepas cómo resulta la cosa. Porque el hombre no tendrá sosiego hasta que concluya hoy mismo el asunto.