-
Bienaventurado el hombre que no anda según el consejo de los impíos ni se detiene en el camino de los pecadores ni se sienta en la silla de los burladores.
-
Más bien, en la ley del SEÑOR está su delicia, y en ella medita de día y de noche.
-
Será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae. Todo lo que hace prosperará.
Continúa después de la publicidad