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Sirvan al SEÑOR con alegría; vengan ante su presencia con regocijo.
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Reconozcan que el SEÑOR es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos y ovejas de su prado.
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Entren por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza. Denle gracias; bendigan su nombre
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porque el SEÑOR es bueno. Para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones.
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