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No pondré delante de mis ojos cosa indigna; aborrezco la obra de los que se desvían. Ella no se me pegará.
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El corazón perverso será apartado de mí; no reconoceré al malo.
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Al que solapadamente difama a su prójimo, a ese yo lo silenciaré; no soportaré al de ojos altaneros y de corazón arrogante.
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