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Pero tú, oh SEÑOR, permanecerás para siempre, y tu memoria de generación en generación.
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Levántate, ten misericordia de Sion porque ha llegado el tiempo de tener compasión de ella.
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Tus siervos aman sus piedras, y de su polvo tienen compasión.
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Entonces las naciones temerán el nombre del SEÑOR y todos los reyes de la tierra temerán tu gloria.
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Por cuanto el SEÑOR habrá edificado a Sion, será visto en su gloria.
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Habrá considerado la oración de los despojados, y no habrá desechado el ruego de ellos.
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