-
Dije: “Dios mío, no me lleves en la mitad de mis días. ¡Tus años duran por generación y generación!
-
Tú fundaste la tierra en la antigüedad; los cielos son obra de tus manos.
-
Ellos perecerán pero tú permanecerás. Todos ellos se envejecerán como un vestido; como a ropa los cambiarás, y pasarán.
-
Pero tú eres el mismo y tus años no se acabarán.
Continúa después de la publicidad