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Por eso he comido ceniza como pan, y mi bebida mezclo con llanto
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a causa de tu enojo y de tu ira. Porque me levantaste y me arrojaste,
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mis días son como la sombra que se va. Me he secado como la hierba.
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Pero tú, oh SEÑOR, permanecerás para siempre, y tu memoria de generación en generación.
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Levántate, ten misericordia de Sion porque ha llegado el tiempo de tener compasión de ella.
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Tus siervos aman sus piedras, y de su polvo tienen compasión.
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