-
De David. Bendice, oh alma mía, al SEÑOR. Bendiga todo mi ser su santo nombre.
-
Bendice, oh alma mía, al SEÑOR y no olvides ninguno de sus beneficios.
-
Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias,
-
el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y de misericordia,
-
el que sacia con bien tus anhelos de modo que te rejuvenezcas como el águila.
-
El SEÑOR es quien hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia.
Continúa después de la publicidad