Explicación, estudio y comentario bíblico de Salmo 104:1-2 verso por verso
¡Bendice, alma mía, al SEÑOR! SEÑOR, Dios mío, qué ¡grande eres! Te has vestido de gloria y de esplendor.
Tú eres el que se cubre de luz como de vestidura, que extiende los cielos como una tienda,