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¡Sea la gloria del SEÑOR para siempre! Alégrese el SEÑOR en sus obras.
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Él mira la tierra, y ella tiembla; toca las montañas, y humean.
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Cantaré al SEÑOR en mi vida; a mi Dios cantaré salmos mientras viva.
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Que mi meditación le sea grata y que yo me alegre en el SEÑOR.
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Sean exterminados de la tierra los pecadores, y los impíos dejen de ser. ¡Bendice, oh alma mía, al SEÑOR! ¡Aleluya!
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