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hasta que se cumplió su palabra, y el dicho del SEÑOR lo aprobó.
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Entonces el rey mandó que lo soltaran; el soberano de los pueblos lo desató.
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Lo puso como señor de su casa y como gobernador de toda su posesión
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para que disciplinara a su gusto a los grandes y a sus ancianos enseñara sabiduría.
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