-
Los que descienden al mar en los barcos y hacen negocios en los océanos,
-
ellos han visto las obras del SEÑOR y sus maravillas en lo profundo del mar.
-
Él habló y desató el viento de la tempestad, e hizo que se elevaran sus olas.
-
Subieron los cielos, descendieron los abismos; su alma se derretía con el daño.
-
Se tambalearon y temblaron como un borracho, y toda su sabiduría se echó a perder.
-
Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR, él los libró de sus aflicciones.
-
Él trae calma a la tempestad, y se apaciguan sus olas.
-
Entonces se alegran porque ellas se aquietan, y él los guía al puerto que desean.
-
¡Den gracias al SEÑOR por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
-
Exáltenlo en la congregación del pueblo y alábenlo en la reunión de los ancianos.
-
Él convierte los ríos en desierto y las fuentes de aguas en tierra sedienta.
Continúa después de la publicidad