-
Se tambalearon y temblaron como un borracho, y toda su sabiduría se echó a perder.
-
Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR, él los libró de sus aflicciones.
-
Él trae calma a la tempestad, y se apaciguan sus olas.
-
Entonces se alegran porque ellas se aquietan, y él los guía al puerto que desean.
Continúa después de la publicidad