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Él trae calma a la tempestad, y se apaciguan sus olas.
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Entonces se alegran porque ellas se aquietan, y él los guía al puerto que desean.
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¡Den gracias al SEÑOR por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
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Exáltenlo en la congregación del pueblo y alábenlo en la reunión de los ancianos.
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