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Al músico principal. Salmo de David. Oh Dios de mi alabanza, no guardes silencio,
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pues la boca del impío y la del engañador se han abierto contra mí; han hablado contra mí con lengua engañosa.
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Con palabras de odio me han rodeado; sin causa han luchado contra mí.
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En pago de mi amor me han acusado, aunque yo oraba.
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Me han devuelto mal por bien, y odio por amor.
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