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Afianzado está su corazón; no temerá, hasta que vea en sus enemigos su deseo.
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Esparce, da a los necesitados; su justicia permanece para siempre y su poderío será exaltado en gloria.
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Lo verá el impío y se irritará; crujirá los dientes y se consumirá. El deseo de los impíos perecerá.
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