-
porque ha inclinado a mí su oído. Por tanto, le invocaré todos mis días.
-
Me rodearon las ataduras de la muerte; me encontraron las angustias del Seol. En angustia y en dolor me encontraba.
-
Entonces invoqué el nombre del SEÑOR diciendo: “¡Libra, oh SEÑOR, mi vida!”.
Continúa después de la publicidad