-
Diga, por favor, Israel: “¡Para siempre es su misericordia!”.
-
Diga, por favor, la casa de Aarón: “¡Para siempre es su misericordia!”.
-
Digan, por favor, los que temen al SEÑOR: “¡Para siempre es su misericordia!”.
-
Al SEÑOR invoqué desde la angustia, y el SEÑOR me respondió poniéndome en lugar espacioso.
-
El SEÑOR está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
Continúa después de la publicidad