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He jurado guardar tus justos juicios, y lo he de cumplir.
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Oh SEÑOR, afligido estoy en gran manera; vivifícame conforme a tu palabra.
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Sean agradables a ti, oh SEÑOR, las ofrendas de mi boca; y enséñame tus juicios.
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De continuo está mi vida en peligro pero no me olvido de tu ley.
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Los impíos me pusieron trampa pero no me desvié de tus ordenanzas.
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Tus testimonios son mi heredad para siempre porque ellos son el gozo de mi corazón.
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He inclinado mi corazón para poner por obra tus leyes de continuo y hasta el fin.
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Aborrezco a los de doble ánimo pero amo tu ley.
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Mi refugio y mi escudo eres tú; en tu palabra he puesto mi esperanza.
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Apartaos de mí, malhechores, pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.
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