-
Aborrezco a los de doble ánimo pero amo tu ley.
-
Mi refugio y mi escudo eres tú; en tu palabra he puesto mi esperanza.
-
Apartaos de mí, malhechores, pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.
-
Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; no me avergüences con respecto a mi esperanza.
-
Sostenme, y seré salvo; siempre me deleitaré en tus leyes.
-
Desprecias a todos los que se desvían de tus leyes pues su astucia es un engaño.
-
Hiciste que todos los impíos de la tierra fueran consumidos como escoria; por tanto, he amado tus testimonios.
-
Mi cuerpo se estremece por temor a ti y tengo reverencia por tus juicios.
-
El derecho y la justicia he practicado; no me abandones ante mis opresores.
-
Sé fiador de tu siervo para bien; no me hagan violencia los orgullosos.
-
Mis ojos desfallecen por tu salvación y por tu justa promesa.
-
Haz con tu siervo según tu misericordia y enséñame tus leyes.
-
Yo soy tu siervo; dame entendimiento para que conozca tus testimonios.
-
Ya es hora de actuar, oh SEÑOR, porque han violado tu ley.
-
Por eso amo tus mandamientos más que el oro, más que el oro puro.
-
Por eso he guardado todas tus ordenanzas; aborrezco todo camino de mentira.