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Tu salvación he esperado, oh SEÑOR, y tus mandamientos he puesto por obra.
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Mi alma ha guardado tus testimonios y los he amado en gran manera.
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He guardado tus ordenanzas y tus testimonios; todos mis caminos están delante de ti.
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Llegue mi clamor delante de ti, oh SEÑOR; dame entendimiento conforme a tu palabra.
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Llegue mi súplica delante de ti; líbrame conforme a tu dicho.
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Mis labios rebosarán de alabanza cuando me enseñes tus estatutos.
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Cante mi lengua tu palabra porque todos tus mandamientos son justicia.
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Venga tu mano a socorrerme porque tus ordenanzas he escogido.
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Anhelo tu salvación, oh SEÑOR, y tu ley es mi delicia.
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¡Que viva mi alma y te alabe, y que tus juicios me ayuden!
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