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Increpaste a los arrogantes; malditos los que se desvían de tus mandamientos.
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Aparta de mí el oprobio y el desprecio porque he guardado tus testimonios.
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Aunque los gobernantes se sienten y hablen contra mí, tu siervo meditará en tus leyes.
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Tus testimonios son mi delicia y también mis consejeros.
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Mi alma está pegada al polvo; vivifícame según tu palabra.
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Mis caminos te declaré, y me respondiste; enséñame tus leyes.
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Hazme entender el camino de tus ordenanzas, y meditaré en tus maravillas.
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Mi alma llora de ansiedad; sostenme conforme a tu palabra.
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Aparta de mí el camino de engaño, y enséñame tu ley.
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He escogido el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí.
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Me he apegado a tus testimonios; oh SEÑOR, no me avergüences.
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Por el camino de tus mandamientos correré porque das amplitud a mi corazón.
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