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Acuérdate de la promesa dada a tu siervo en la cual me has hecho esperar.
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Esto es mi consuelo en mi aflicción: que tu palabra me ha vivificado.
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Mucho se han burlado de mí los arrogantes pero yo no me he apartado de tu ley.
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Oh SEÑOR, me he acordado de tus juicios realizados desde tiempos antiguos y he hallado consuelo.
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La indignación se apoderó de mí, a causa de los impíos que abandonan tu ley.
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Tus leyes han sido cánticos para mí en el ámbito de mis peregrinaciones.
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Oh SEÑOR, en la noche me he acordado de tu nombre y he guardado tu ley.
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Esto me ha acontecido porque guardé tus mandamientos.
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Tú eres mi porción, oh SEÑOR; me he propuesto guardar tus palabras.
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He implorado tu favor de todo corazón; ten misericordia de mí según tu palabra.
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Consideré mis caminos y volví mis pies a tus testimonios.
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Me apresuré, y no me retardé, a guardar tus mandamientos.
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Las cuerdas de los impíos me rodearon pero no me olvidé de tu ley.
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A medianoche me levanto para darte gracias por tus justos juicios.
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Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus ordenanzas.
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De tu misericordia está llena la tierra. Oh SEÑOR, enséñame tus leyes.