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Para siempre, oh SEÑOR, permanece tu palabra en los cielos.
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Por generación y generación es tu fidelidad; estableciste la tierra, y se mantiene firme.
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Por tu mandato permanecen hasta hoy porque todos ellos son tus siervos.
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Si tu ley no hubiera sido mi delicia ya habría perecido yo en mi aflicción.
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Nunca jamás me olvidaré de tus ordenanzas porque con ellas me has vivificado.
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Tuyo soy; sálvame porque he buscado tus ordenanzas.
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Los impíos me han esperado para destruirme pero yo estoy atento a tus testimonios.
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A todo lo perfecto le veo límite pero tu mandamiento es sobremanera amplio.
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