-
He aquí, en Efrata oímos de ella, y la encontramos en los campos de Yaar:
-
“Entremos en su tabernáculo; postrémonos ante el estrado de sus pies”.
-
Levántate, oh SEÑOR; ven al lugar de tu reposo; tú y el arca de tu poder.
-
Tus sacerdotes sean revestidos de justicia, y tus fieles canten de júbilo.
-
Por causa de tu siervo David, no rechaces el rostro de tu ungido.
-
Con verdad juró el SEÑOR a David, y no se apartará de ello: “Del fruto de tu cuerpo pondré sobre tu trono.
-
Si tus hijos guardan mi pacto y este testimonio que yo les enseño, sus hijos también se sentarán en tu trono para siempre”.
-
Porque el SEÑOR ha elegido a Sion y la ha deseado como morada suya:
-
“Este es mi lugar de reposo para siempre. Aquí habitaré porque lo he deseado.
-
Lo bendeciré con abundante provisión; a sus necesitados saciaré de pan.
-
Asimismo, vestiré de salvación a sus sacerdotes, y sus fieles darán voces de júbilo.
-
Allí haré surgir el poderío de David; he preparado una lámpara para mi ungido.
-
A sus enemigos vestiré de vergüenza pero sobre él resplandecerá su corona”.