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El día que clamé, me respondiste; mucho valor infundiste a mi alma.
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Oh SEÑOR, todos los reyes de la tierra te alabarán cuando escuchen los dichos de tu boca.
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Cantarán acerca de los caminos del SEÑOR pues grande es la gloria del SEÑOR.
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Aunque el SEÑOR es sublime, mira al humilde; pero al altivo lo reconoce de lejos.
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Aunque yo camine en medio de la angustia, tú me preservarás la vida. Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano y me salvará tu diestra.
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El SEÑOR cumplirá su propósito en mí. Oh SEÑOR, tu misericordia es para siempre; no desampares la obra de tus manos.
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