-
Mi caminar y mi acostarme has considerado; todos mis caminos te son conocidos.
-
Pues aún no está la palabra en mi lengua, y tú, oh SEÑOR, ya la sabes toda.
-
Detrás y delante me rodeas, y sobre mí pones tu mano.
-
Tal conocimiento me es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar.
-
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia?
-
Si subo a los cielos, allí estás tú; si en el Seol hago mi cama, allí tú estás.
-
Si tomo las alas del alba y habito en el extremo del mar,
-
aun allí me guiará tu mano y me asirá tu diestra.
-
Si digo: “Ciertamente, las tinieblas me encubrirán y se hará noche la luz que me rodea”,
-
aun las tinieblas no encubren de ti y la noche resplandece como el día. Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
-
Porque tú formaste mis entrañas; me entretejiste en el vientre de mi madre.
-
Te doy gracias, porque hashecho maravillas. Maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien.
-
No fueron encubiertos de ti mis huesos a pesar de que fui hecho en lo oculto y entretejido en lo profundo de la tierra.
-
Tus ojos vieron mi embrión y en tu libro estaba escrito todo aquello que a su tiempo fue formado, sin faltar nada de ello.
-
¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!
-
Si los enumerara, serían más que la arena. Despierto, y aún estoy contigo.
-
¡Oh Dios, si dieras muerte al impío de modo que los sanguinarios se apartaran de mí!