-
Oh SEÑOR, no concedas al impío sus deseos; ni saques adelante sus planes, no sea que se enorgullezca. Selah
-
En cuanto a los que me rodean, la maldad de sus propios labios les cubrirá su cabeza.
-
Sobre ellos caerán brasas ardientes. Dios les hará caer en el fuego, en profundos hoyos de donde no podrán salir.
-
El hombre suelto de lengua no será firme en la tierra; al hombre violento el mal le perseguirá a empujones.
-
Yo sé que el SEÑOR amparará la causa del pobre y el derecho de los necesitados.
Continúa después de la publicidad