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En cuanto a los que me rodean, la maldad de sus propios labios les cubrirá su cabeza.
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Sobre ellos caerán brasas ardientes. Dios les hará caer en el fuego, en profundos hoyos de donde no podrán salir.
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El hombre suelto de lengua no será firme en la tierra; al hombre violento el mal le perseguirá a empujones.
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