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Masquil de David. Su oración cuando estaba en la cueva. Con mi voz clamo al SEÑOR; con mi voz pido al SEÑOR misericordia.
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Delante de él derramo mi lamento; delante de él expreso mi angustia.
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Cuando mi espíritu está desmayado dentro de mí tú conoces mi senda. En el camino en que he de andar han escondido una trampa para mí.
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Miro a la derecha y observo, y no hay quien me reconozca. No tengo refugio; no hay quien se preocupe por mi vida.
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