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Hazme oír por la mañana tu misericordia porque en ti confío. Hazme conocer el camino en que he de andar porque hacia ti levanto mi alma.
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Líbrame de mis enemigos, oh SEÑOR, porque en ti me refugio.
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Enséñame a hacer tu voluntad porque tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra de rectitud.
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Vivifícame, oh SEÑOR, por amor de tu nombre; por tu justicia saca mi alma de la angustia.
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Por tu misericordia silencia a mis enemigos; destruye a todos los adversarios de mi alma porque yo soy tu siervo.
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