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Alaben el nombre del SEÑOR porque él mandó y fueron creados.
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Él los estableció para siempre, por la eternidad; les puso ley que no será quebrantada.
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Alaben al SEÑOR desde la tierra, los grandes animales acuáticos y todos los océanos,
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el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento tempestuoso que ejecuta su palabra,
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