-
Oración de David. Escucha, oh SEÑOR, una causa justa; atiende a mi clamor. Presta oído a mi oración que es de labios sin engaño.
-
Proceda de tu presencia mi vindicación; vean tus ojos la rectitud.
-
Tú has examinado mi corazón; me has visitado de noche. Me has probado y nada infame has hallado porque me he propuesto que mi boca no se exceda.
-
En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios me he guardado de las sendas de los violentos.
-
Mis pasos se han mantenido en tus caminos para que mis pies no resbalen.
Continúa después de la publicidad