-
Me rodearon los dolores de la muerte, y los torrentes de la perversidad me atemorizaron.
-
Me rodearon las ligaduras del Seol; me confrontaron los lazos de la muerte.
-
En mi angustia invoqué al SEÑOR y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
-
La tierra se estremeció y tembló; se conmovieron los cimientos de las montañas. Se estremecieron porque él se airó.
Continúa después de la publicidad