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Un día comunica su mensaje al otro día, y una noche a la otra declara sabiduría.
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No es un lenguaje de palabras ni se escucha su voz;
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pero por toda la tierra salió su voz y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso un tabernáculo para el sol;
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y este, como un novio que sale de su dosel, se alegra como un valiente que emprende la carrera.
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En un extremo del cielo está su salida, y en el otro está su punto de retorno. ¡Nada hay que se esconda de su calor!
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La ley del SEÑOR es perfecta; restaura el alma. El testimonio del SEÑOR es fiel; hace sabio al ingenuo.
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