Explicación, estudio y comentario bíblico de Salmo 2:11-12 verso por verso
Sirvan al SEÑOR con temor y alégrense con temblor.
Besen al hijo, no sea que se enoje y pierdan el camino; pues se enciende de pronto su ira. ¡Bienaventurados todos los que en él se refugian!