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Enséñame, oh SEÑOR, tu camino; guíame por sendas de rectitud a causa de los que me son contrarios.
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No me entregues a la voluntad de mis adversarios, porque contra mí se han levantado testigos falsos que respiran violencia.
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¡Oh, si yo no creyese que he de ver la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes!
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Espera en el SEÑOR. Esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera en el SEÑOR!
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