-
No me arrastres junto con los impíos, con los que hacen iniquidad, los cuales hablan de paz a su prójimo pero la maldad está en su corazón.
-
Dales conforme a sus hechos y conforme a la maldad de sus actos. Dales conforme a la obra de sus manos. ¡Dales su recompensa!
-
Porque no atendieron a los hechos del SEÑOR ni a la obra de sus manos, él los derribará y no los volverá a edificar.
-
Bendito sea el SEÑOR, que oyó la voz de mis ruegos.
-
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en él esperó mi corazón. Fui ayudado, y se gozó mi corazón; con mi canción le alabaré.
-
El SEÑOR es la fuerza de su pueblo, la fortaleza de salvación para su ungido.
-
Salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; pastoréalos y enaltécelos para siempre.
Continúa después de la publicidad