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Cántico para la dedicación del templo. Salmo de David. Te glorificaré, oh SEÑOR, porque me has levantado y no has dejado que mis enemigos se alegren de mí.
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Oh SEÑOR, Dios mío, a ti clamé y me sanaste.
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Oh SEÑOR, tú has hecho subir mi alma del Seol; desde la fosa me has vuelto a la vida.
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Canten al SEÑOR, ustedes sus fieles; celebren la memoria de su santidad.
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Porque su ira dura solo un momento pero su favor dura toda la vida. Por la noche dura el llanto pero al amanecer vendrá la alegría.
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