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Porque su ira dura solo un momento pero su favor dura toda la vida. Por la noche dura el llanto pero al amanecer vendrá la alegría.
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Yo dije en medio de mi tranquilidad: “No seré movido jamás”.
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Tú, oh SEÑOR, por tu buena voluntad estableciste mi monte con poder. Pero escondiste tu rostro, y quedé turbado.
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