-
Mientras callé se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.
-
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; mi vigor se convirtió en sequedades de verano. Selah
-
Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: “Confesaré mis rebeliones al SEÑOR”. Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah
Continúa después de la publicidad