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Pero cuando yo tropecé ellos se alegraron y se reunieron. Se reunieron contra mí los calumniadores sin que yo lo supiera. Me despedazaban y no cesaban.
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Con impiedad se dedicaron al escarnio; crujieron sus dientes contra mí.
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Oh Señor, ¿hasta cuándo consentirás esto? Rescata de sus destrucciones mi alma; libra mi única vida de los leones.
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