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No se alegren de mí los que sin razón son mis enemigos ni guiñen el ojo los que me aborrecen sin causa.
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Porque no hablan paz, y contra los mansos de la tierra traman engaños.
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Ensanchan contra mí su boca diciendo: “¡Ajá, ajá, nuestros ojos lo han visto!”.
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Tú lo has visto. Oh SEÑOR, no te hagas el sordo; oh Señor, no te alejes de mí.
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Despierta y levántate para hacer justicia a mi causa, Dios mío y Señor mío.
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Oh SEÑOR, Dios mío, hazme justicia conforme a tu rectitud. Que no se alegren de mí
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ni digan en su corazón: “¡Ajá, esto es lo que queríamos!”. Ni digan: “¡Lo hemos devorado!”.
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