-
Oh SEÑOR, Dios mío, hazme justicia conforme a tu rectitud. Que no se alegren de mí
-
ni digan en su corazón: “¡Ajá, esto es lo que queríamos!”. Ni digan: “¡Lo hemos devorado!”.
-
Sean avergonzados y humillados a una los que se alegran de mi mal. Que se vistan de vergüenza y confusión los que se engrandecen contra mí.
Continúa después de la publicidad