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El impío maquina contra el justo y cruje sus dientes contra él.
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El Señor se reirá de él porque ve que viene su día.
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Los impíos desenvainan la espada y tensan el arco para derribar al pobre y al necesitado, para matar a los de recto proceder.
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Pero la espada de ellos entrará en su propio corazón, y su arco será roto.
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Mejor es lo poco del justo que las riquezas de muchos impíos.
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Porque los brazos de los impíos serán quebrados; pero es el SEÑOR quien sostiene al justo.
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El SEÑOR conoce los días de los íntegros, y la heredad de ellos será para siempre.
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No serán avergonzados en el tiempo malo; en los días de hambre serán saciados.
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Pero los impíos perecerán, y los enemigos del SEÑOR serán consumidos como el sebo de los carneros; se disiparán como el humo.
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El impío toma prestado y no paga, pero el justo tiene compasión y da.
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Los que él bendiga heredarán la tierra, y los que él maldiga serán eliminados.
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