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Deja la ira y abandona el enojo; de ninguna manera te apasiones por hacer lo malo.
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Porque los malhechores serán destruidos, pero los que esperan en el SEÑOR heredarán la tierra.
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Dentro de poco no quedará el impío. Contemplarás su lugar, y no aparecerá.
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Pero los mansos heredarán la tierra y se deleitarán por la abundancia de paz.
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