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Porque los malhechores serán destruidos, pero los que esperan en el SEÑOR heredarán la tierra.
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Dentro de poco no quedará el impío. Contemplarás su lugar, y no aparecerá.
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Pero los mansos heredarán la tierra y se deleitarán por la abundancia de paz.
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El impío maquina contra el justo y cruje sus dientes contra él.
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El Señor se reirá de él porque ve que viene su día.
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Los impíos desenvainan la espada y tensan el arco para derribar al pobre y al necesitado, para matar a los de recto proceder.
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Pero la espada de ellos entrará en su propio corazón, y su arco será roto.
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